sábado, 24 de julio de 2010

Una filosofía propia

Todo el mundo tiene una filosofía de la vida pero pocos de nosotros
gozamos del privilegio o el tiempo libre necesario para sentamos a
esclarecer sutilezas. Tendemos a irlo haciendo sobre la marcha. La
experiencia es una gran maestra, pero también precisamos reflexionar
sobre nuestras experiencias. Necesitamos pensar con una postura crítica,
buscando pautas de conducta y situándolo todo en el contexto general para
abrirnos camino en la vida. Comprender nuestra propia filosofía puede
ayudarnos a evitar, resolver o abordar muchos problemas. Nuestra filosofía
también puede ser el origen de los problemas que padecemos, de modo
que debemos evaluar las ideas que sostenemos para modelar un punto de
vista que obre a favor nuestro, no en contra.

Pese a la fama que ostenta, la filosofía no tiene por qué resultar intimidante,
aburrida o incomprensible. Gran parte de lo que se ha escrito sobre el tema
a lo largo de los años sin duda encaja en una o más de estas categorías
pero, en el fondo, la filosofía investiga las cuestiones que todos nos
preguntamos: ¿Qué es una buena vida? ¿Qué es el bien? ¿En qué consiste
la vida? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué debería obrar correctamente? ¿Qué
significa obrar correctamente? No son preguntas fáciles, y sus respuestas
tampoco lo son; de lo contrario, no seguiríamos dándoles vueltas una y otra
vez. Dos personas distintas nunca llegarán automáticamente a las mismas
respuestas. No obstante, todos contamos con un conjunto de principios
como punto de partida, tanto si somos conscientes de ellos y podemos
enumerarlos como si no.

Lo mejor de disponer de miles de años de pensamiento en los que
inspirarse es que muchas de las mentes más sabias de la historia han
profundizado en estos asuntos y nos han cedido un legado de ideas y
directrices que cabe aprovechar. Ahora bien, la filosofía también es algo
personal: usted también es filósofo. Tome cuanto pueda aprender de otras
fuentes, pero si lo que quiere es encentrar una forma de ver el mundo que le
dé resultado, tendrá que tomarse la molestia de pensar por su cuenta. La
buena noticia es que, con el debido incentivo, usted es perfectamente capaz
de pensar por sí mismo.

Lo intentamos??


Nota: Extraido del texto "Màs platon y menos Prozac". Lou Marinoff

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